domingo, 2 de marzo de 2014

Capítulo 26


Era ella, no podía creer que estuviera aquí, delante mío...
-Demi!!!!-chilló Marta a pleno pulmón
-Hola-dijo con una anchísima sonrisa.-¿Qué tal chicas?-se acercó hasta a mí y me miro de arriba abajo, me estaba poniendo muy nerviosa…delante mío…ante mis ojos la perfectísima idola que jamás una pueda tener.
 -Pequeña como es tu nombre?-dijo ella apartando un mechón de mi cara y escondiéndolo detrás de mi oreja
-Paula, estoy tan feliz de haberte podido conocer eras como un sueño tú me enseñaste a ser siempre fuerte Demi.
Carcajeó dejando ver una parte d su perfecta dentadura. Qué guapa era cuando sonreía.
-De nada cielo-nos observó a la tres, estábamos heladas, esto estaba siendo uno de otros muchos sueños cumplidos.
-Paula-llamo mi atención al ver que se ponía algo mas seria.-Estoy trabajando en un nuevo reportaje…y me preguntaba si tu…querrías venir ha hacerte unas fotos conmigo como modelo te apetecería?-hizo una pausa esperando una respuesta pero yo estaba anonada, me acabab de pedir ser su modelo?-De echo hay dos chicas mas pero…necesito una tercera y tu eres ideal, das la talla-me guiñó un ojo.
Sin dudar la contesté.
-Estas segura? Yo no se nada sobre bueno…he hecho fotos a alguna que otra modelo, cuando estudié fotografía pero de modelo no he hecho jamás.
-No te preocupes.
-Si, vale. Acepto, pero podré hacerte alguna foto…ya sabes para el recuerdo y eso…
-Sin ningún problema.
Al sentir todo aquello Cris y Marta saltaron encima de mi, me abrazaron como si no hubiera haber un mañana.


(*)
Llevábamos 2 semanas allí todo estaba siendo estupendo, mañana iría con Demi hacer unas fotos, joder tenía muchas ganas. Pero…y si las chicas, vamos mis compañeras eran mejores que yo… y si no me acogían bien?
Bueno de eso me ocuparía mañana, mientras me ocuparía de abrazar a Justin y dormir juntos toda la noche. El era mi mayor adicción, el motivo por el que seguir respirando…

7:30 marcaba mi móvil acompañada de una dulce melodía…
Me estiré suavemente, retirando el brazo de Justin que estaba enroscado en mi cintura, toqué el suelo con los pies.
-Joder- susurré, estaba muy frio, de un salto entré en el baño y encendí el grifo de la ducha dejando que el agua de esta se fuera templando. Una vez estaba listo, entré y estuve durante 20 minutos debajo de esa agua que tanto me relajaba. Cogí un par de toallas, una la enrosqué en mi cabello y la otra en mi mojado cuerpo. Salí a la habitación, iría a por la ropa interior. Vi que Justin no estaba, así que  decidí salir de la habitación y entrar en el enorme salón, la casa que Justin había comprado era gigante, quizás demasiado para solo dos personas… Le vi recostado en el sofá viendo la tele.
-Buenos días-dije nerviosa.
Me observó sin intercambiar palabra.
-Hola cariño. ¿Qué tal has dormido?
-Bien, algo nerviosa. Cada vez lo estoy mas.. dentro de una hora estare con Demi delante de muchos focos y grandes objetivos apuntándome como si de matarme se tratase.
Carcajeó logrando así contagiarme a mi también.

-Tranquila no es para tanto princesa.
-Eso espero. –pausé-Subiré a cambiarme…
-No te arregles mucho.. allí te vestirán, no te preocupes por tu imagen, todo el mundo entra muy normal, te lo digo por experiencia.
-Entonces iré en pijama-bromeé
Subí las escaleras, para nuevamente entré en nuestro dormitorio, abrí el gran armario y saque un pantalón negro ajustado, con una ancha sudadera roja… de echo era de Justin para variar…
Me puse mis converses negras y entré en el baño para coger un coletero y así hacerme una trenza de lado. Bajé las escaleras de dos en dos, entré en la cocina y cogí una manzana, la metí en mi bolso y cogí mi móvil de encima de la mesa de la cocina.
-Justin!-chillé desde la cocina-Me voy te quiero.
-Te acompaño? No tengo nada que hacer.
-No te preocupes iré andando quiero estirar la piernas y despejarme, si no me dormiré a mitad de sesión-le guiñé un ojo. Te quiero!-dije cerrando la puerta detrás de mi.
Tomé la calle de la izquierda, tardaría un poco mas pero, podría ir mirando los distintos escaparates que esta calle tenia.
De pronto me paré delante de un escaparate muy iluminado, quedé embobada al ver aquel precioso vestido azul. Yo no era muy elegante a la hora de vestir pero aquel vestido era demasiado heavy. No podía dejarlo escapar.
-¿Bonito verdad?-dijo una voz masculina detrás de mi. Puso su mano sobre mi hombro alarmándome. Me giré lentamente, estaba por darme un patatús… Que demonios hacia el aquí.
-Rubén…-susurré.-¿Qué haces aquí? En nueva york.
-Me mudé aquí por una temporada, tengo trabajo durante 6 meses y no dudé en venir. Fue casualidad pero te vi de lejos y no dudé en venirte a saludar.
-Si…-dije con la mirada perdida.
Pensaba que había dejado todo mi pasado atrás que ahora comenzaría una nueva vida y sin embargo el estaría aquí durante medio año… Algo me decía dentro de mi que esto no acabaría muy bien.
-Bueno a dónde ibas?
-A trabajar…-que acababa de decir, tan solo iba a hacerme unas fotos, todavía no trabajaba con nadie…
-¿Te acompaño?
-No!
-Porque sigues comportándote así conmigo-pausó-ojazos. Me acerqué bruscamente enfrenté de el, aquello me encendió, así me llamaba cuando decía que yo era la única en su miserable vida. Quizás la única que aguantaba sus mentiras, sus borracheras y algún que otro puñetazo cuando iba totalmente ebrio.
-No me llames así! Vete de aquí y haz como si no me hubieras visto, ya no eres nada para mi me oyes. Me dio lastima tu accidente, pero ahora ya estás bien, y no te veo de fiar, mi confianza a ti se fue hace tiempo.
-Te asombrarías de lo que he cambiado ojaz-se cortó a si mismo mientras yo le atravesaba con la mirada-Paula.
-No te creo, sigues siendo el mismo carbón de siempre. Ahora si me disculpas me voy.
Ni si quiera me despedí, solo oí su asquerosa y maléfica risa.
-Te arrepentirás de haberme encontrado y sobre todo de haberme abandonado e irte con el primer mierdas que encontraste por la calle.-siguió carcajeando.
Tenía ganas de ir y golpearle, Justin no era ningún mierdas, él no me engañaría con ninguna otra.
Después de 20 minutos caminando llegué a una gran puerta que parecía de garaje, un chico grande y musculado me hizo una seña para que entrara, después de entrar cerró y me indico por un largo pasillo. Llegue a un gran salón, lleno de fotógrafos, modelos y entre ellas allí, estaba mi diosa, mi idola, sin dudarlo me acerqué a ella. Vi como hacia un gesto y dos chicas más se acercaban a mí decididas.
-Hola preciosa-dijo dándome dos besos, yo la correspondí.
-Hola-dije reparando en aquél inmenso lugar.
-Berta, Elisenda… esta es Paula vuestra nueva compañera.
-Hola!!!-dijo una de las chicas. Me abrazó con fuerza, era una chicas de mi misma estatura, tenia el pelo muy oscuro, eran del mismo tono que sus ojos, era una chica muy guapa, no m extrañaba que fuera modelo.. tenía mucho que envidiarla-Yo soy Elisenda, pero puedes llamarme Eli, y ella es Berta.-la otra chica era algo más cortada se acercó a mí y se limitó a darme dos tímidos besos.
-Bueno cariño, ves allí que te maquillaran y te vestirán en menos de 5 minutos reúnete con nosotras te esperamos allí-dijo señalando un pequeño escenario, lleno de focos con luces de un color rosado.
Una chica, me hizo una seña para entrar detrás de unas cortinas, allí se encontraba un gran perchero, me dieron un vestido de ballet clásico, negro. Ahora entendía porque Elisenda y Berta llevaban tutús y puntas.
Cuando estuve lista, me senté en un taburete, donde una chica muy tatuada empezó a maquillarme…cuando acabó me dio un espejito para que me mirara.
-Te gusta? -Pregunto.
-Nadie te ha dicho nunca, que haces un gran trabajo?-la guiñé un ojo y salí hacia donde me había indicado anteriormente Demi.
Estaban esperándome todas, subimos y un chico de corta edad nos indicaba como teníamos que posar, de lo contrario una docena de personas se encontraban detrás de unas enormes cámaras, cada movimiento era un flash. Estuvimos más de 3 horas allí subidas, posando con diferentes modelitos. Cuando acabamos, me despedí de todas, excepto de Berta y Elisenda que decidieron venir a comer algo conmigo, eran unas chicas majísimas, me alegraba haberlas conocido.
Justo cuando íbamos a salir,Demi gritó a lo lejos.
-Eli!!!-venia corriendo y algo sofocada.-Te he de preguntar algo, he visto tu currículum, he visto que eres bailarina cierto?
-Si así es-dijo mordiendo las uñas.
-Bueno me dijiste que yo era tu idola y que tu sueño era venirte alguna vez conmigo de gira verdad?
-Si, así es-estaba temblando, esa chica creo que la iba a dar algo en ese preciso momento.
-Bueno y yo he decidido que tu vendrás a todas, todas mis giras como bailarina, y bien que opinas?
-Que te amo!!!!! Eres la mejor del mundo Demi, miles de gracias, de verdad.
-De nada cielo. A ti, ahora venga ir a celebrarlo, mañana nos vemos tu y yo a la misma hora de hoy.
-Si!!!
Mientras nos acercábamos a un restaurante riendo de las caras y las locuras que tenía planeadas Eli ,y su gira con Demi, me llegó un mensaje, era de Justin.

Tenemos que hablar, no tardes.
No me sonaba muy bien eso…
-Chicas, tengo que volver, no me encuentro muy bien y no quiero estropearos este magnífico momento-dije colocando mi bolso.
-Pero… Estas segura-dijo Berta con cara de preocupación.
-Si tranquilas, ya hablamos en otro momento-salí corriendo casi sin despedirme de ninguna.
Llegué a casa me temblaba la mano al meter la llave en la cerradura.
Entré en casa pegando un portazo.
-Justin!-grité
-Hola-dijo seco. Sus ojos habían adoptado, un color oscuro.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me has enviado ese mensaje? ¿Estas bien?
-Si…,tengo que decirte algo.
-¡¿Qué?!
-Lo siento Paula, pero ya no te quiero.
Mi corazón dejo de latir en ese preciso instante, no podía reaccionar ante a eso.
-Paula joder contéstame!!! Paula!
-Déjame en paz esto me puede joder! Dime una puta razón! ¿Qué he hecho yo? Dime!!!-esta notando unos fuertes pinchazos en mi pecho, tenía un nudo en la garganta y lo peor de todo me estaba ahogando en mi propias lágrimas.
-Por favor amor no llores.
-Dime una puñetera razón.. No la hay!!!
-Lo siento, esto ya no tiene más camino para mí.
Me acerqué a él, podía escuchar su pulso acelerado apoye mi cabeza en su pecho.
-Justin…-susurré.- Dime que no me quieres…
Se quedo mirándome, se separó de mi y con lágrimas en los ojos, lo hizo.
-Paula, no te quiero.
-Vete, coge la puerta y pírate!-me quedaba sin aire, sentía que mi mundo y mi existencia no tenían ningún tipo de sentido.-O mejor no, me voy yo!
-Hasta siempre-susurró
Pegué un fuerte portazo salí, chillando y llorando con fuerza de aquella maldita casa, donde Justin acababa de dejarme sin un motivo, tan solo había dejado de quererme…
Paré delante de una farola. Pegué un puñetazo con rabia, me acababa de reventar los nudillos, me sangraban…me dolía, pero no mas que el aire que me estaba dejando sin respiración…

-Estas bien?- me pregunto-una voz femenina
-Déjame en paz!-grité con todas mis fuerzas. Al girar vi quien era, era Berta, la abracé con fuerza.
-Paula?! Que ha pasado?
-Lo siento no quería chillarte asi…-cogió mi mano, vio como mi mano estaba llena de sangre, se asustó y la dejo caer en seco.
-Necesitas un médico que te vea esa mano.
-No, no quiero pisar el hospital, por favor Berta. Te diré como curarlo-asintió con su cabeza y la seguí hasta que llegamos a un coqueto piso. Supuse que era su casa, subimos hasta la planta mas alta, entré y me mando que me sentara en el sofá, saco unas vendas y algo de Betadine
Empapó las vendas con ese remedio que tanto escocia y envolvió mi mano con ellas.
Me tendió un vaso de agua.
-M e atrevo a preguntar que ha pasado?
-Nada…
-Mira se que no nos conocemos de hace mucho pero… Se que no ha sido nada bueno, puedes confiar…te ayudare. Te lo juro.-las lagrimas caían nuevamente. En mi cabeza solo se repetia esa frase. Paula, no te quiero.
-No me quiere Berta!
-¿Quién?-dijo intranquila.
-Mi novio me ha dejado, me ha dicho que no me quiere…
-Sin motivo?-se sorprendió
-Si…-susurré, me estaba ahogando-lo siento estoy cansada necesito dormir.
-Si tranquila, mira mañana te vendrás conmigo, yo soy la secretaria de Demi para cuando dan las horas de las visitas para tener una sesión de fotos. Vente conmigo, te despejaras.
Asentí con la cabeza y me tumbé en ese cómodo sofá.

(*)
Las ocho de la mañana, pude observar en mi móvil, había dormido todo un día entero… cuando desperté, quería ver como estaba en mi casa abrazada a Justin después de haber pasado una noche haciendo el amor con la persona a la que amaba, pero nada de aquello había sido un sueño, estaba en un gran sofá observando como Berta se tomaba un café y me observaba sin quitarme huella.
-Buenos días dormilona, estas mejor-negué con mi cabeza, me arregle el pelo y me dirigí a la puerta.
-Nos vamos?
-No desayunas?
-No tengo hambre.-dije muy seca
-Esta bien pero creo-la corté
-No me digas lo que tengo que hacer, no tengo hambre y punto ahora vámonos o llegaremos tarde.
-Vale, cascarrabias-me saco una ligera sonrisa. Me acababa de recordar a mi madre, en estos momentos la echaba tanto de menos, deseaba estar entre sus brazos, para que me consolara, y me diera esos perfectos consejos.
Llegamos al mismo lugar del día anterior, solo que esta vez parecía que entrabamos por delante.
-Hola-saludo un rubia.
-Ven es por aquí-dijo Berta, entramos  en una pequeña oficina-Este será tu uniforme…-señaló una falda corta y ajustada negra y una camisa de media manga y también muy entallada.
Me cambié y me dejé la trenza que aún llevaba. Salí hacia afuera y vi a Eli hablar con Berta.
-Hola!!!!-me abrazó fuerte.
-No chilles me duele un poco la cabeza por favor.
-Cuando salgamos de aquí nos vamos a ir de fiesta y veras como todo de se olvida y se arregla, me voy que llego tarde-se despidió con la mano.
-Ojala…
-Te sienta muy bien
-Gracias, supongo…
-Ahora nada mas atiende al teléfono y a los clientes, estoy dentro que e de hacer unas facturas enseguida salgo-asentí con la cabeza y me senté e un na silla esperando a que alguien entrara por esa puerta.
Me levanté un momento iba a ordenar unos papeles que me acababa de traer la misma rubia del principio, los tenia que archivar en diferentes carpetas.
-Eh tu morena!-me giré algo mosqueada.
Que quieres?-dije borde, quizás no tenia que tener aquellas formas, pero el tampoco había mantenido las suyas, entonces porque hacerlo yo…Me tendió una tarjetita
-Necesito que vengas a este lugar-dijo indicando una dirección que alguien había escrito-si tienes algún problema llama al teléfono que hay justo debajo.
Cogí mi libreta para apuntar el numero…quería preguntarle que, qué era ese lugar o quien iba a estar allí, pero al levantar la cabeza vi que ya no estaba…
¿Quién abría en ese lugar? ¿Quién estaría esperándome? ¿Qué habría allí?