sábado, 24 de mayo de 2014

Capítulo 29


-Cielo, ¿Te encuentras bien?-dijo Erik mirándome a los ojos.
-Si…solo que necesito ir a tomar el aire, empieza a haber mucha gente-dije mirando hacia todos lados para ver si Justin me observaba.
-Claro-se levantó y espero a que yo hiciera lo mismo.
Cogí mi bolso y anduve a su lado.
Pero justo cuando íbamos a salir por la puerta, alguien consiguió llegar a ella antes.
Me miró a los ojos. A pesar de que llevaba el rostro tapado, reconocería esos ojos en cualquier parte. Esos que me tenían totalmente, enloquecida.
Aguanto la mirada con la mía durante 5 segundos, los más largos de mi vida.
-¿Estas bien?-dijo Erik tocándome el hombro
-S-si-balbuceé.
-Paula, tengo el coche en el parking público de aquí abajo, me esperas aquí?
-Si-dije mirando al suelo.
-¡Justin por dios para!-era la voz de una chica, y al escuchar ese nombre me giré inconscientemente.
Era aquella chica de pelo negro, pude ver como la cogió por la cintura y la apoyó sobre la pared, acercándose así más a ella y acortando distancias entre los cuerpos de ambos.
Él hundió su cara en el cuello de ella.
Noté unos fuertes pinchazos en mí, empezaba a faltar el aire, buscaba a mi alrededor a alguien, pero me fue en vano. Me estaba ahogando.  Me escocían los ojos, las lágrimas estaban nuevamente recorriendo mis mejillas… Sentí ganas de ir, y reventar a esa tía. Odiaba a Justin como a nadie.
Empecé a andar poco a poco, sin rumbo, perdida.
Encontré un callejón, decidí adentrarme, sentarme. Apreté mis manos contra mis ojos, provocándome así un dolor horrible. Chillé, chillé con todas mis ganas.
-JODER!-me apoyé contra un muro, todo lleno así de grafitis.
-Nunca había escuchado a alguien chillar con tantas ganas. –dijo un chico, dejándose caer a mi lado.-¿Quieres?-dijo este dándome un cigarrillo.
-No fumo, gracias.
-Va bien…para olvidar el dolor.
Ahora entendía a Justin cuando fumaba un cigarrillo cada vez que tenía un problema, cosa que no me gusta, se acortaba la vida con cada calada.
Miré al chico, llevaba una dilatación negra en la oreja, iba vestido con una chupa de cuero…me recordó a Justin.
-¿Qué nombre se esconde detrás de una chica tan…diferente?-dijo ese misterioso chico ahuyentando mis pensamientos.
-Paula. ¿Diferente?-dije mirando cómo le daba la tercera o cuarta calada a su cigarrillo que se consumía cada vez más.
-Mi nombre es Mike. Si, tienes algo que te hace distinta. ¿Por qué lloras?-dijo mirándome a los ojos.
Tenía unos ojos negros enormes, eran muy bonitos, transmitían frialdad, y misterio, eso le hacía tremendamente atractivo.
-Gracias, supongo…-no le contesté a la siguiente pregunta, de lo contrario le arrebaté ese cigarrillo y le dí una calada. Era la primera vez, que lo hacía, solo lo había visto en los labios de Justin y ahora yo repetía esa misma escena…Expulse el humo, creando una pequeña nube.
-¿Es la primera vez?
-¿Cómo dices?-dije dando otra calada, eso me empezaba a tranquilizar de alguna manera u otra.
-¿SI es la primera vez que fumas?
-Sí.
-Pues para ser la primera vez no está nada mal.-carcajeó
Me contagió, tenía una risa grave, al igual que su voz. Era atractiva.
-¿Eres de aquí? -me dijo arrebatándome ahora el  cigarrillo y acercándoselo a su boca de una manera bastante sexy.
-No, yo soy de Londres. Tan solo llevo aquí unos días…
-¿Y has venido tu sola?
-No-dije algo temblorosa.
De pronto sonó mi móvil, era un mensaje de Erik. Mierda Erik. Joder le había dejado tirado.

*SMS de Erik*
Paula se puede saber dónde estás? Joder me tienes preocupado llevo 10 minutos, por ahí. Porque no te has esperado? Contesta me tienes preocupado.

*SMS* Paula*
Lo siento, ande  un poco me encontraba algo mal, ahora vuelvo, sigues ahí?

*SMS Erik*
Si. Hasta ahora.

Creo que se había enfadado, era normal, no le dije nada, me fui sin más todo por culpa de Justin.
-Me tengo que ir…encantada. Ya nos veremos…
-¿Te acompaño?-dijo tirando el cigarrillo aun algo encendido.
-No hace falta gracias.
-Hasta otra, Paula.
-Si hasta otra Mike.
Me puse en pie y con el paso acelerado bajé unas dos calles, hasta ver a Erik de espaldas.
Le toqué la espalda alarmándole así.
-Joder Paula me tenías preocupado.
-Lo siento…
-Joder!
-¿Qué?-pregunté asustada.
-Donde has estado, vaya peste echas maja.
Carcajeé fuerte.
-Lo siento, culpa mía.
-Ese tal Justin, te está volviendo una chica dura no crees?
-Por favor no hablemos de él ahora. Además lo e echo para olvidarme de todo por unos instantes…
Carcajeó y me hizo una señal para indicarme que subiera a su coche.
-¿Dónde vives?
-En el número 34.
-Pues es ese de allí no?
-Si. Oye gracias, te echaba de menos, me ha gustado poder estar contigo.
-Gracias cielo y ya me presentaras al guapetón de Justin, que si esta bueno a lo mejor te lo quito y todo.
Me entró la risa, Erik era increíble.
-Adiós-dije cerrando la puerta del coche. Cogí aire y llame a la puerta.
-Si?-dijo Cris.
-Abre anda.
Abrió la puerta enseguida, acto seguido me abrazo. Estaba segura que Berta les había explicado todo.
No me dirigieron la palabra, tan solo subí a la planta de arriba buscándome asi alguna habitación donde poder alojarme.
Cogí una con las paredes grises, tenía una gran ventana, eso me gustaba.
De pronto mi móvil vibró.

*SMS número oculto*
A las 11:30 en el lago dos calles más arriba de dónde vives.
Si no acudes, más de una de las personas que amas, sufrirá las consecuencias.

Mierda, estaba segura de que estaba relacionado con Justin.

*SMS número oculto*
A por cierto, ven sola.

Mire el reloj eran las ocho…dormiría un rato hasta la hora…
Me tumbé en la cama e instantes más tardes me quedé dormida.

Me desvelé gritando. No sé porque, solo sé que me dolía el pecho.
Miré la pantalla del móvil, mierda. Las 11:15, me quedaba un cuarto de hora.

Bajé las escaleras, con cuidado, supuse que las demás estaban durmiendo, cogí las llaves y salí y empecé a correr. Iba a llegar tarde igual.
Con la respiración al límite, llegué al lago, era un gran parque, lleno de vegetación.
Miré a mi alrededor, no vi a nadie. Se habrían ido…
-Hola guapa.-me cogieron por la cintura, desde atrás.
-Suéltame.-dije seca
-Sabes  cielo. Tú querido Justin te quiere mucho. Hasta el punto de poder perder la vida.
¿Que estaba insinuando? Me estaba poniendo nerviosa. Todo esto estaba siendo una mierda.
Donde estaba Justin.
-¿Qué quieres decir?-dije mirando al suelo y tragando saliva.
-Ais cariño…Es fácil de ganarle a tu chico duro e.
-Déjale en paz, no le hagas, daño, haré todo lo que quieras.
-Ya has hecho mucho.-me pegó una bofetada. Dolía mucho. Me quedé de rodillas enfrente de él.
-¿Qué coño le habéis hecho?
-Justin ahora, trabajara para mí…será un gran luchador.
¿Acababa de decir luchador? No me tenía en pie, no podía levantarme.
El musculado hombre que tenía ante mi hizo un gesto, y de la nada empezaron a salir chicos.
Uno me cogió en volandas mientras otro se acercaba a mí a tocarme por donde quería, esto estaba siendo una mierda…ahora no tenía a mi chico duro aquí conmigo, aquel que me salvaba de todas…que estaba siempre a mi lado. Ahora estaría, dándole placer a otras…

Al momento, caí al suelo. Me di un fuerte golpe. Pero al mirar a mi alrededor. Todos esos tíos, estaban tirados en el suelo.
Me cogieron como si de un saco de patatas se tratase. Andamos unos metros y me bajaron apoyándome en un árbol, poco a poco sentía una presión sobre mí, era  un cuerpo musculado sobre el mío.
-¿Qué coño haces?-me subió los brazos por encima de mi cabeza y aprisionó mis muñecas contra el árbol. Entreabrí los ojos, podía ver muy bien su rostro, todo me daba vueltas, cada vez le tenía más cerca, hasta el punto que mis labios y los de ese desconocido que todavía no había podido percibir, se entrelazaron con desespero… Eso desencadeno un ligero movimiento de caderas entre los dos, un ligero suspiro se escapó de mi boca...Su boca desprendía un ligero sabor a nicotina…, presionó más fuerte su cuerpo contra el mío y esta vez el suspiro fue de él…
-Paula-dijo con la voz ronca.-Ven.-me cogió a horcadas, yo entrelacé mis piernas en su estrecha cintura. Apoyé mi cabeza en su hombro, llegamos a una gran moto negra. Y me bajó.
Por fin le pude mirar a los ojos.
-Ponte el casco-dijo entregándomelo.
-Just-me puso su dedo índice sobre los labios
-Cállate, sube a la moto.
Le hice caso, no dije nada, subí atrás como de costumbre y enrollé mis brazos en su cintura.
Pegándome bien contra ese cuerpo que llevaba días extrañando…
Paró en seco. Llegamos a casa, me ayudo a bajar, y entramos en casa, sin encender ninguna luz, subimos a la planta de arriba. A nuestra habitación.
Me tumbó en la cama y se puso encima mío dejándose caer, pero sin dejar todo el peso.
Me besó sobre la mejilla. Me quejé al instante.
-Tienes un arañazo, se que te duele, ahora vengo.
Entró en el baño, y antes de que saliera…el cansancio pudo comigo.