martes, 10 de junio de 2014

Capitulo 32

Empecé a chillar sin saber porque, con los ojos cerrados. Retorciéndome en la cama.
-Tranquila…-susurraron mientras me  agarraban de los brazos tumbándome nuevamente.
Abrí los ojos despacio, notaba mi mirada algo perdida, no estaba en mi cama, repase esa habitación de un extremo a otro. Hasta llegar a la persona que estaba sentada a mi lado.
-Erik…-dije en un ahogado sollozo. Le abrace con fuerza.
-Tranquila pequeña;-dijo con una ancha sonrisa- mira te e traído unas tostadas con nocilla y un zumo de naranja, si mal no imagino…creo que llevas desde ayer al medio sin probar bocado no es así?
Pues sí la verdad es que sí, desde la comida en el lago con mi familia…; corté mis pensamientos.
-¡MIERDA! –cogí el móvil.  2 mensajes de Justin y 13 llamadas, dos llamadas de Pattie, y entre las de mis amigas…unas 20 más o menos. –Erik, me estarán buscando, habrán llamado a la policía y me estarán buscando por medio continente.-dije histérica.
-Por eso no te preocupes, llamé hace un rato a tu madre, pues tengo su móvil y le informe de que estas bien, que estas conmigo, y como supuse que necesitabas tiempo le dije que estabas durmiendo… ¿Quieres llamarla?
Negué con la cabeza, para seguidamente poder abrazarle y empezar a llorar nuevamente.
-Toma, bebe algo-dijo mientras me entregaba el vaso de zumo.-Cuenta cariño-dijo apartando una he las lágrimas que descendían por mis mejillas.
Le amaba tanto…era tan tierno…lástima que le gustaran los tíos…que si no.
Sin más empecé a explicarle todo, incluso como conocí a Justin, mi padre…lo que hizo mi padre después de que se fuera…las peleas que organizaba los sábados por la noche en distintos locales de Londres etc…
-Joder-musitó.
-Lo sé…
Me levanté de la cama, aún estaba vestida con la misma ropa de ayer. Bajé corriendo al salón y grite a pleno pulmón.
-¡Erik! ¡Te quiero! ¿En una hora o así vuelvo vale?-no dejé que contestara, antes salí corriendo por la puerta. Salí corriendo, la gente me miraba como si fuera una loca. E de decir que estaba recién levantada así que…
Llegué  a mi casa, bueno, era más de Justin ya que yo no pasaba demasiado tiempo en ella, seamos realistas. Aporreé la puerta. Y le oí chillar furioso.
-¿Qué cojones le pasa, eres un gil-se cortó al verme.
Me tiré encima buscando su boca ansiosa, necesitaba despedir su boca…para siempre.
Me retiré despacio, pero él se apresuró a agarrarme por el culo, tirando hacia atrás y dejando caer nuestros cuerpos en el sofá, en este gesto, me puso a horacadas sobre él, despacio, mientras invadía mi boca, movía sus caderas, haciendo que suspirara en cada lento y sensual movimiento.
-Paula…-le miré, tenía los ojos cerrados. Y eso hacía que mi corazón latiera con demasiada fuerza.
-¿Qué?-dije susurrándole en el oído. Tembló ante mi reacción.
- Desnúdate…te deseo. Tengo ganas de ti. Quiero pasar día y noche haciéndote el amor, y repetirte, lo mucho que te necesito.
-Sabes…,a veces no sé quién eres, a veces no sé qué quieres, y haces tan si quiera no sé lo que quiero…; no sé cómo hacerte cambiar de idea, tu sin embargo encuentras lo más fácil…dejarlo todo, no enfrentarte a ello, y no te das cuenta que entre tú y yo 7 vidas no sobran.
Justin. Necesito una vida entera para conocerte, de nacimiento a muerte, para tenerte, beberte a morro, comerte sin cubiertos, con las manos desnudas y verte correrte entre mis sabanas hacer el amor, fuerte, cada vez más fuerte, y todavía más fuerte…quererte. Y que acabes siendo mi mejor mala suerte.
Necesito otras seis vidas, enteras, por si te vas hacer que vuelvas, romper las expectativas y que de vidas, nos sobre cinco más, callar bocas a hipócritas, acabar con bancarrotas, asumir las derrotas y perdernos a tientas por tus sábanas.
Pero ojala que de  siete vidas nos sobren todas, hasta la ropa, hasta las ganas de irnos, que nos falten metas, y que acabemos con poetas, con amor de braguetas, de aquí te pillo y aquí te romo…demostrándote mi amor por ti.-le notaba fijo en mis ojos. Me bajo de encima y se puso de pie frente a mí.
Estire sus brazos y seguidamente le quité la camiseta, tirándola así al suelo. El desabrocho mi pantalón. Y me acercó bruscamente a mí, subió sus manos por el interior de mi camiseta intentando deshacerse de mi sujetador. De pronto, la puerta se abrió.
Justin, fulminó con la mirada a ese chico que acababa de entrar.
-¿Qué pasa, no te enseñaron a llamar a la puerta?-dijo Justin apretándome contra su cuerpo.
Me encantaba esa manera de posesión que tenía conmigo, de dejar ver que yo era suya y él era para mí.
-Bueno de echo yo ya me iba…nos vemos en otro momento.-iba a irme cunado con voz furiosa me llamo la atención.
-Que pasa que no te piensas despedir.
-¿De ti?
-Si.-dijo mirándome directamente a los ojos.
-¿Cómo es tu nombre-me dirigí a ese chico, que supuse que era algún amigo, o algo.
-Ryan.-dijo guiñándome un ojo.
-Encantada Ryan hasta otra.-cerré la puerta y salí del lugar. Paula 1 Justin 0. Era hora de que soportara, sufriera por conseguir algo…era hora de que me dejara escapara para siempre y eligiera, esas peleas y la satisfacción de mi padre al verle sufrir o mi felicidad.
-Señorita, pare quieta ahí y no se mueva- conocía esa voz y me hacia gracia el tono que acababa de usar, es el mismo que cuando era pequeña y usaba para reñirme porque había manchado mi nuevo vestido o algo por el estilo…
Sin mediar palabra me giré y la abracé.
-¿Se puede saber porque no contestaste a ninguna llamada?
-Anoche en mi habitación del hotel, eso parecía un velatorio, tenías a todos llorando, menos a los niños que no les dijimos nada más que habías ido a una fiesta sin decir nada.
-Lo siento…esque.
-¿Justin?
-Como…-me cortó
-Mo paraba de repetir una y otra vez es por mi culpa, como la pase algo, no seré capaz de perdonármelo.
Joder…Justin estuvo realmente mal.
-Lo siento mama.
-Mira, como castigo te vienes conmigo  de shopping nena.
-Me gusta tu nueva forma de castigar mama.
Las dos carcajeamos.
-Primero, quiero ir a-
-Ningún sitio, compramos ropa y te pones lo que quieras.
La mire con los ojos muy abiertos…creo que detrás de tanta felicidad se escondía una muy buena sorpresa.

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