lunes, 30 de septiembre de 2013

Capitulo 20



Narra Paula.

Era Rubén, parecía cabreado. Se acercó un poco a Justin.
- Que coño quieres-dijo Justin, con voz ronca.
-Esta noche ahí una carrera…-carcajeó.
-Y que quieres decir con eso?
- Solo que si realmente quieres a tu niña…
-A qué hora?-se tensó
Ese hijo de puta le estaba chantajeando.
-Justin no lo hagas por favor.-nadie me escuchó
-Sera a media noche.
-Está bien.-me agarró del brazo y me llevo hasta la moto.

-Porque coño lo haces Justin. A mí no me tienes que demostrar nada !!!
 -Paula ya está dicho…
-Justin mañana te vas a Canadá, quizás no los vuelvas a ver nunca más… o quizás yo no te vuelva a ver más… Estas carreras son peligrosas.
-Todo echo tiene un peligro.
-Si Justin pero esto no es una obligación!
-Paula, vamos.
-No! Vete tú!-empecé a andar, el me alcanzó con la moto.
-Princ-antes de que pudiera acabar le corté.
-No Justin… vete tú a tú casa… descansa para esta noche tienes un carrera-dije con rabia.
Me miró, aceleró y en cuestión de segundos desapareció dejándome atrás.
No me podía creer lo que estaba haciendo. Solo por ese capullo.
Seguía andando eran las 8 de la tarde, empezaba a oscurecer, todavía me queda un cuarto de hora para llegar a mi casa, estaba cansada…

-Mmmm hola preciosa… -me acarició la mejilla.
- Qué coño haces?-le retiré la mano.
-Una chica difícil… me gusta.
-Das asco tío.
- Hola guapa-me dijo otro por la espalda.
-Qué coño queréis?
-Pasarlo bien.-me agarro de las muñecas y el otro se acercó hábilmente por mi espalda. Metió su mano por debajo de mi camiseta.
-Déjame gilipoyas.-me retorcía entre su agarre.
Me estiro de la camiseta, hasta romperla.
Esto no podía estar sucediendo, estaba a punto de ser violada, por dos capullos…
Las lágrimas amargas hacían un pequeño recorrido hasta perderse en el cuello.
Me empujo a la cera de la estrecha calle.
-Nena tu y yo vamos a disfrutar-dijo un moreno de ojos claros acercándose a mi. Empezó a carcajear fuerte. En ese momento no tenía fuerzas para hacer nada…
Me levantó casi en volandas, me apoyo en la pared y con su lengua recorrió mi cuello.
Sentía repugnancia. En cuestión de segundos el tío ya no estaba detrás mío, estaba tendido en el suelo con otro chico encima. Le estaba reventando la cara a ostias y puñetazos.
El otro tío, de lo contrario, salió corriendo, sin ni siquiera ayudar a su compañero.
Justin se levantó de encima y con la vista nublada, me miró de arriba abajo.
-Estas bien?
-Tu lo crees?-dije todavía llorando.
Me abrazo. Sin decir palabra, me entregó el casco. Yo le cogí lo único que quería era llegar ya a mi casa.
Después de 15 minutos inquietantes. Llegamos a su casa.
-Gracias, iré andando lo que queda hasta casa.
-Paula, no seas cabezota, mira como vas…-me miré, la verdad es que si me presentaba con la camiseta rota, mi madre podría pensar cualquier cosa, y yo sin embargo no podría contarle que podría haber sido víctima de una violación la verdad…
-Esta bien-me adelanté- Pero tu madre-me cortó
-No está en casa.
Abrió la puerta, y subí hasta su habitación.
-Me voy a duchar-cerré la puerta
Encendí la ducha y esperé a que saliera templada.
Después de 30 largos minutos salí del baño, estaba Justin haciendo la maleta para mañana.
-Te ayudo?-dije sonriendo.
Se giró y me miró expectante. -Si quieres…Paula… yo… esto… lo siento mucho-le corté
-No Justin yo sí que lo siento.
-No puedes estar sin mí, como se te nota…
Cogí una de sus camisetas y se la tiré a la cara.
-Bieber, te lo tienes muy creído.
Se acercó a mi e intento robarme un beso.
-No te dejo.
-No te hagas la dura, no se te da bien princesa.
-Bueno solo hay una manera…
-Cual?-dijo mordiéndose el labio.
-Llévame contigo esta noche a las carreras, quiero correr contigo.
-No… eso no. Tu misma has dicho que eso era peligroso.
-Si, pero si te pasa algo que sea conmigo.
-Paula tu madre-le corté
-Justin, no me vas a convencer. Iré contigo y correré contigo.-le besé esta vez yo.
-Esta bien pero si pasa algo no digas que no te lo advertí.
Le ayudé a hacer la maleta, una vez estuvo todo recogido y listo, bajamos a la cocina, nos comimos una ensalada y salimos pitando.
Al llegar allí todo estaba más ambientado, la música a toda ostia.
-Justin espera voy a llamar a mi madre.
1 pitido2 pitidos 3 pitidos…
-Si?
-Mama  soy yo, esta noche me quedo a dormir en casa de Justin, no me esperes levantada.
-Vale cariño.
-Te quiero muchísimo mama.
-Y yo Paula. Te encuentras bien hija?
-Si mama. Te quiero.-colgué

-Estas bien Paula-me dijo Justin.
-Si-susurré.
-Ei Pau!-dijo Cris abrazándome.
-Hola enana.
-Alguien me ha dicho que vas a correr… Ya somos dos!
-Ten cuidado-dijo Marta.

-Atención las carreras van a empezar.-anunció la guarra de Miriam.
-Que tu querida novia no corre? Es verdad, no vaya a ser que se quede con ganas de mas tíos no?-le dije a Rubén mientras él se pasaba la lengua por el labio.
Me subí a la moto, sin casco, así eran las normas de las respectivas carreras.
-Justin te quiero!-oí como carcajeaba.
-Aun estas a tiempo de bajar.
-No, sin ti.
-Y yo también te quiero.
Un disparo anunció el comienzo, arrancaron todos, a toda ostia, a todo lo que daban sus motos.
Más de uno daba bandazos con su moto.
Llegaba el final de la curva… y el final para algunos…
Vimos como Bruno paro en seco, al igual que Erik. Rubén se había caído.
-Justin para!-frenó y salimos corriendo en dirección a la multitud.
-Rubén!-gritó Bruno abrazándole.
Miriam llegó y al ver a Rubén tendido en el suelo se echó a  llorar, buscó refugio en Erik que la abrazo, tratando de consolar-la.
Las putas lagrimas me cían después de todo había sido alguien especial en mi pasado…
Justin me abrazó-Tranquila…-me susurró en el oído.
La sirena de la ambulancia invadía el lugar… cogieron a Rubén y se lo llevaron en camilla.
Aquello había acabado ya nadie pintaba nada en aquel lugar…
Las 2 de la madrugada, entramos sigilosamente en casa de Justin.
A oscuras entramos en la habitación, me prestó una de sus camisetas, el se quedó en bóxers y se metió en la cama, me hice sitió en la misma y me acerqué a él.
-Al fin a llegado el momento-le abrazé.
-Pequeña, sabes que te quiero, también sabes que vendré a verte, y que podremos hablar por teléfono.
-Joder, no me gustan las despedidas-le besé
Me agarró hasta ponerme encima suyo, mi lengua buscaba ansiosa la suya, para batirse en batalla. Su mano se adentraba por mi espalda y hacia un recorrido de arriba abajo.
Me mordió el lóbulo de la oreja. Solté un pequeño gemido. Noté como se tensaba, la respiración se le agitaba. Me tumbé al lado, y le agarré la mano con todas mis fuerzas.
-Princesa te amo.
Al sentir eso cerré los ojos, y me quede dormida.

8 de la mañana, el espantoso sonido del despertador invadía esas cuatro paredes. Me froté el ojo, me giré tratando de encontrar algo… pero tan solo estaba yo en esa amplia cama…
Me levanté, el suelo estaba frio. Bajé en velocidad de la luz a la cocina, me costaba creer que ya se hubiera ido… De hecho, no podía creer que al final me hubiera quedado sola…
Salí de aquella casa, de su casa… Y entré en la mía, vi a mama en el sofá.
-Mama-me abracé a ella.
-Ya no esta verdad?
-No-dije casi en un suspiro.
De pronto llamaron a la puerta…

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